Cómo hacerla:
- Adoptamos nuestra posición favorita de meditación, de ser posible en un lugar aireado.
- Practicamos una respiración suave, lenta y profunda por unos segundos.
- Imaginamos un punto de luz o estrella en nuestro entrecejo.
- Ahora, ajustamos nuestros globos oculares como si estuviéramos viendo nuestro entrecejo. Es sumamente importante encontrar la posición adecuada, que reconoceremos porque nuestros ojos parecen quedar “magnetizados” en el entrecejo.
- Nos quedamos meditando durante unos quince minutos como mínimo.
- La práctica perseverante nos brindará beneficios casi inmediatos en nuestro bienestar mental y emocional.