Esta meditación realizada sobre el cuerpo como si fuera un pozo, os enseña a sentir más amor hacia vosotros mismos y os conduce a alejaros de las “falsas imágenes”.
1 – Sentaros en una postura correcta para la meditación
2 – Controlad lentamente que no existan tensiones musculares en parte alguna de vuestro cuerpo.
3 – Observar bien vuestra inmovilidad.
4 – Escuchar el silencio del cuerpo.
5 – Percibir la profundidad de la respiración.
6 – Con los ojos de la mente, entrar profundamente en vosotros mismos: vuestro cuerpo es un pozo. Cuidar de que la imagen no sea exterior, no sea tan solo una proyección de vuestra mente. Vuestro cuerpo es “realmente” un pozo profundo, en el que podéis ver centellear el agua, porque una luz se filtra dentro.
7 – Una cuerda brillante desciende por el centro del pozo, haciendo bajar un pequeño cubo plateado, que al tocar el agua, se sumerge llenándose de ella.
8 – Vuestra inspiración prosigue lenta y profunda, acompañando al cubo que sube
9 – Vuestra espiración sigue al cubo que se vacía
10 – Manteniendo bien firme el cubo entre las manos, realizar otra inspiración profunda, para tener la fuerza justa para volver a lanzar el cubo hacia abajo mientras espiráis.
11 – Proseguir de esta forma, bajando y subiendo a través de la respiración en vuestro cuerpo. Alcanzaréis una gran sensación de bienestar y paz mental.
Gradualmente iréis entrando en un estado e meditación espontáneo, caracterizado por la ausencia de imágenes.
Fuente: http://www.shurya.com/034-dhyana-meditacion-respiracion/
