Lanzar una piedra al agua ayuda a descargar las tensiones, observar como en la superficie del agua, se van formando círculos que se agrandan, ayuda a la mente expandirse en la tranquilidad.
Realización:
1 – Sentados en cualquier postura que resulte cómoda y mantener el pecho quieto y erguido sin esfuerzo,
2 – Aislaros de todo aquello que ocurre fuera de vosotros, más allá del lugar en que os encontráis.
3 – Observar durante unos minutos vuestra respiración, tranquila y regular.
4 – Imaginar que estáis junto a un pequeño lago, con el agua lisa y tranparente, de un hermoso color verde, en cuyo espejo se reflejan la hierba y las plantas de la orilla.
5 – Tomar una piedra y lanzarla al agua. Observar con los ojos de la mente, cómo la piedra cae hacia abajo y se posa en el fondo.
6 – En la superficie del agua, a partir de una pequeña depresión redonda dejada por la piedra, se van ensanchando las ondas en grandes círculos, obsérvalos.
(Son mandalas naturales, comienzan en el punto central y desde este punto se expanden, formando círculos, símbolos de la continuidad.)
7 – Mantener vuestra concentración en el centro, descubriréis que todo pensamiento se desvanece, que vuestra mente queda limpia y serena, como el agua del pequeño lago.